En la Mira: Alejandro Ramírez y la Presión Empresarial en la Política de Ceuta
Alejandro Ramírez Hurtado, actual Consejero de Turismo y portavoz del Gobierno de Ceuta, es un ejemplo destacado de juventud y preparación en la política ceutí. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y diplomado en Ciencias Empresariales, con estudios de posgrado y un máster en Dirección y Gestión de Empresas, Ramírez no solo ha sido galardonado con el Premio Nacional a Mejor Expediente Universitario, sino que también ha acumulado una notable experiencia profesional como secretario general de la Confederación de Empresarios de Ceuta.
A pesar de su impecable formación y trayectoria, Alejandro Ramírez enfrenta una avalancha de críticas tanto externas como internas. Esta situación es comprensible dado el vasto alcance de su Consejería, que abarca desde Fomento y Medio Ambiente hasta Servicios Urbanos y Turismo. Las críticas se han centrado en varios aspectos de su gestión, destacando las que provienen de medios como Ceuta Actualidad y Ceuta TV, que han cuestionado su manejo de asuntos clave como las infraestructuras y los servicios públicos.
Una de las áreas más controvertidas ha sido la gestión de las barriadas. Ramírez ha defendido repetidamente las inversiones realizadas en estas áreas, señalando que se han destinado 132 millones de euros a mejorar infraestructuras y servicios en los barrios. Sin embargo, desde el PSOE se le acusa de menospreciar los problemas de las barriadas, argumentando que si tras 22 años de gobierno no se ha resuelto esta situación, el problema radica en el propio Partido Popular.
Además de las críticas por la gestión de las barriadas, Ramírez también ha sido blanco de ataques en relación a la empresa municipal Acemsa. Las cuentas de esta entidad reflejan un déficit creciente y decisiones polémicas, como el aumento salarial del director gerente en un 20% a pesar del considerable endeudamiento. Estas decisiones han sido duramente criticadas por la oposición, que señala una falta de transparencia y rigor en la gestión financiera de la empresa.
Otro punto de conflicto ha sido la campaña obscena de desprestigio lanzada por algunos medios, en particular la UTE formada por Ceuta Actualidad,Ceuta al Día y Ceuta TV, cuyos propietarios, han tenido intereses directos en la Ordenanza de las Terrazas. La negativa de Ramírez a ceder a estos intereses ha intensificado las críticas, sugiriendo que detrás de estos ataques mediáticos hay motivaciones económicas y personales. Este tipo de campañas no solo buscan desacreditar su gestión, sino que también intentan presionarlo para que adopte decisiones que beneficien a ciertos grupos privados.
Internamente, Ramírez también enfrenta cierta envidia y rivalidad. Su juventud y su relativa falta de desgaste político lo posicionan como un fuerte candidato para futuras elecciones, especialmente ante la posible retirada de Juan Vivas. Este potencial ha generado tensiones dentro del propio Partido Popular, donde figuras como Kissy Chandiramani y Gaitán, con más años en la política y más expuestos a críticas, ven en Ramírez una amenaza a sus propias aspiraciones. La capacidad de Ramírez para mantenerse limpio de escándalos y su notable preparación lo convierten en una figura atractiva para el relevo generacional dentro del partido.
A pesar de las numerosas críticas, Alejandro Ramírez ha demostrado una capacidad notable para defender su gestión y argumentar en favor de las decisiones tomadas bajo su liderazgo. Ha destacado la importancia de las inversiones en infraestructuras y servicios, y ha mantenido un enfoque estratégico para abordar los desafíos que enfrenta su Consejería. Sin embargo, la continua campaña de desprestigio y la envidia interna representan obstáculos significativos que deberá superar para consolidarse como una figura de liderazgo en la política ceutí.
La trayectoria de Alejandro Ramírez es un testimonio de cómo la preparación académica y la experiencia profesional pueden contribuir al servicio público. Sin embargo, la política es un campo donde las habilidades técnicas deben combinarse con la capacidad de navegar intrigas y rivalidades. La forma en que Ramírez maneje estas tensiones determinará no solo su futuro político, sino también el rumbo de las políticas y proyectos que lidera en beneficio de Ceuta.
Iberia360