Este domingo marca un hito importante para Rumanía y Bulgaria, ya que ambos países se incorporan al espacio Schengen de libre circulación en la Unión Europea. Después de años de negociaciones, Rumanía celebrará su entrada « simbólica », aunque inicialmente solo para viajes aéreos y marítimos, limitando su impacto económico.
Para los viajeros que lleguen a los 18 aeropuertos de Rumanía, esta entrada parcial significa una mayor facilidad, ya que no tendrán que pasar por controles policiales exhaustivos, aunque los controles aleatorios seguirán en vigor.
Sin embargo, la entrada completa se ha visto obstaculizada por la oposición de Austria, que plantea preocupaciones sobre el control de migrantes en las fronteras de Bulgaria y Rumanía. Por lo tanto, el acceso terrestre aún está pendiente de negociaciones.
Para Rumanía, un país con fuertes lazos comerciales dentro de la UE, la entrada total a Schengen podría tener un impacto significativo en su economía. Actualmente, las largas esperas en los controles fronterizos representan pérdidas económicas estimadas en un 0,5% del PIB nacional.
Las negociaciones para el acceso total de Bulgaria y Rumanía a Schengen continuarán en 2024, en un año que se presenta desafiante debido a las elecciones europeas y en Austria. Mientras tanto, se están implementando medidas para cumplir con los requisitos de Schengen, como la regulación del empleo de extranjeros no comunitarios.
En Bulgaria, el aeropuerto de Sofía está finalizando los preparativos para la entrada parcial a Schengen, con inversiones significativas en infraestructura y formación del personal. Se espera que esta inclusión tenga un impacto positivo en la economía local, con proyecciones que sugieren un aumento del PIB de Sofía del 5% por cada 10% de aumento en el número de vuelos.
En resumen, la incorporación de Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen marca un hito importante en la integración europea y tiene el potencial de impulsar el crecimiento económico en la región.